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Heather, Tiffany, Pepe, y Sonia

Madre y abuela en St. Jude

Al haber pasado por St. Jude como madre además de abuela en los últimos dos años, Sonia está agradecida de que St. Jude haya estado ahí para ayudar a su familia.

Sonia nunca imaginó que su familia necesitaría ayuda de St. Jude Children’s Research Hospital. Pero al haber pasado por St. Jude como madre y abuela en los últimos dos años, Sonia está agradecida de que St. Jude haya estado ahí para ayudar a su familia en cada etapa del camino.   

La hija de Sonia, Heather, de 16 años, fue diagnosticada con leucemia promielocítica aguda, un tipo de cáncer de la sangre poco común en 2016. En St. Jude, ella fue sometida a seis meses de quimioterapia. Pero un año después, lo impensable ocurrió: Pepe, el nieto de Sonia de tan solo 2 años, fue diagnosticado con un tumor canceroso llamado neuroblastoma. “Justo cuando pensábamos que todo había pasado, fue diagnosticado mi nieto”, dijo Sonia. “Fue muy doloroso”. Pero tal como lo hicieron con Heather, la familia recurrió a St. Jude para el tratamiento y cuidado médico de Pepe.

 

Pepe recibió quimioterapia y un trasplante de médula ósea en St. Jude. “Estar en St. Jude y aprender sobre la supervivencia me dio seguridad”, dijo la mamá de Pepe, Tiffany. “Sabía que mi niño estaba en las manos de doctores y enfermeras que lo iban a ayudar a llegar a donde tiene que estar con su salud”.

“En St. Jude, solo tuve que cuidar a mi hija y nunca preocuparme sobre ninguna factura”, dijo Sonia. “Me permitió enfocar toda mi atención en ella”. Y ahora, Sonia tiene la tranquilidad de que Tiffany tampoco recibirá una factura por el tratamiento de Pepe.

Estar en St. Jude y aprender sobre la supervivencia me dio seguridad.

Tiffany, mamá de Pepe.

 

Los tratamientos desarrollados en St. Jude han ayudado a incrementar la tasa de supervivencia del cáncer infantil de un 20% a más de un 80% desde su fundación hace más de 50 años. No descansaremos hasta que ningún niño muera de cáncer. 

Hoy, Pepe y Heather han terminado con sus respectivos tratamientos y se encuentran y en buen estado de salud. Durante la primavera pasada, Heather completó su último año escolar a través de la Escuela de St. Jude. Mientras tanto, Pepe continúa siendo un pequeño feliz a quien le encanta jugar con su hermano y hermana mayores. “Incluso durante el tratamiento, Pepe siempre tuvo una sonrisa en su rostro”, dijo Tiffany. “Él nos hizo más fuerte”.

Ayude a que las familias nunca reciban una factura de St. Jude por nada.

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