Poco después de que D'Avalon nació, su familia descubrió que padecía de la enfermedad de células falciformes, un trastorno hereditario de la sangre que afecta a los glóbulos rojos. La enfermedad le provocó recurrentes crisis con dolores muy fuertes que llevaban a D'Avalon al hospital local casi cada mes. D'Avalon recibía transfusiones de sangre con regularidad, lo cual afectó su pequeño cuerpo. Cuando D'Avalon tenía 4 años, su médico lo remitió a St. Jude Children’s Research Hospital para continuar su tratamiento.
St. Jude es un líder a nivel nacional en el tratamiento de la enfermedad de células falciformes, que afecta a 1 de cada 365 afroamericanos y en menor medida a personas de descendencia hispana, mediterránea y nativos americanos. El programa de células falciformes de St. Jude es uno de los más grandes en Estados Unidos, con planes de expansión que incluyen un nuevo programa de seguimiento a largo plazo para comprender mejor cómo progresa la enfermedad, y descubrir nuevas formas de prevenir las complicaciones que este padecimiento genera en los pacientes.
En St. Jude, D'Avalon se le comenzó a suministrar un medicamento llamado hidroxiurea que redujo las hospitalizaciones y alivió otros síntomas. Este tratamiento permitió a D’Avalon empezar a vivir una vida más normal.
"Quería pasar más tiempo afuera", dijo Dana, la mamá de D'Avalon. "Pudimos comenzar a hacer más cosas. Ya no teníamos que estar tanto tiempo en el hospital".
(De izquierda a derecha) D'Avalon, paciente de St. Jude, cantando con su hermano, Kyle.
Llegué a St. Jude por algo negativo, pero de eso resultaron muchas cosas positivas. St. Jude es más que un hospital. Es un lugar para crecer como persona.
La enfermedad de células falciformes es crónica y aunque los síntomas de D'Avalon se redujeron considerablemente, él todavía sufre los efectos de esta enfermedad. Sin embargo, él también tiene un futuro. D'Avalon tiene un gran talento para la música y el canto, cursa su segundo año en la universidad y su sueño es llegar a ser productor musical.
“Llegué a St. Jude por algo negativo, pero de eso resultaron muchas cosas positivas", dijo D'Avalon. "St. Jude es más que un hospital. Es un lugar para crecer como persona".
Ayuda a familias como la de D'Avalon a enfocarse en lo más importante.
En St. Jude, familias nunca reciben una factura por nada – para dedicarse completamente a ayudar a sus hijos a vivir.