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Un legado de esperanza de vida

A Mercedes Toscana Caballero le encanta entretener a sus amigos en su casa de Pasadena, California, pero la mayor pasión de esta activa mujer de 85 años es hacer todo lo que esté a su alcance para ayudar a los niños de St. Jude.

La Sra. Caballero nació en Guatemala y se mudó muy joven a este país. Hace algunos años, ella leyó un artículo acerca de St. Jude y quedó impresionada por todo el amor que St. Jude brinda a los niños y a sus familias. “La dedicación de todas las personas que trabajan en St. Jude es muy admirable”, dice ella.

 
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Ella se sintió tan inspirada por lo que leyó que decidió incluir a St. Jude en su testamento. “No me tomó mucho tiempo decidirme”, explica. “No tengo mucho, pero me conmueve tanto el trabajo que realiza St. Jude que quiero colaborar”.

A pesar de tener dos hijas y varios nietos, ella tiene la fuerte convicción de que es sumamente importante salvar las vidas de los niños dejando parte de su herencia a St. Jude. “Mis hijas están en una muy buena posición y no necesitan ayuda de su madre”, explica ella. “Saben que recibirán una parte, y que el resto irá a St. Jude para ayudar a los niños”.

Bonitas experiencias

Por donar parte de su legado, la Sra. Caballero es miembro de la Sociedad Danny Thomas de St. Jude, y ella disfruta participando en los Almuerzos de Agradecimiento a los Donantes que se realizan en su ciudad. En uno de estos almuerzos, ella conoció a Elizabeth, una paciente de St. Jude de su área. A sus 12 años, Elizabeth tiene osteogénesis imperfecta, o también conocida como la enfermedad de los huesos de cristal.

“Conocer a la pequeña Elizabeth me impactó muchísimo”, dice ella. “Ella ha tenido problemas desde que nació, y aun así, quiere llegar a ser doctora. Ver lo que atraviesan estos niños me conmueve muchísimo”, dice ella.

Para la Sra. Caballero, una de las cosas más importantes de este año fue su primera visita a Memphis para conocer a St. Jude en persona durante el evento anual de la Sociedad Danny Thomas de St. Jude en abril. “Para mí, fue un viaje extraordinario y muy activo. Nunca lo olvidaré, fue como un sueño hecho realidad”.

La Sra. Caballero anima a otras personas a hacer donaciones a St. Jude para ayudar a los niños en cualquier forma posible. “Creo que todos tenemos una obligación moral”, dice ella. “Estos niños merecen nuestra ayuda, y creo que los éxitos que logra el hospital es gracias a la generosidad de personas como yo, que hacen todo lo que esté a su alcance para ayudar”.

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