Un legado de esperanza: Donantes hispanas incluyen a St. Jude en su testamento

Como un último gesto de generosidad, estas mujeres incluyeron a St. Jude en su herencia

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St. Jude Selfless

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El amor de una madre

Después de enviar donaciones mensuales a St. Jude Children’s Research Hospital por años y para asegurar su apoyo a nuestra misión a lo largo del tiempo, estas mujeres decidieron dar el paso de incluir una donación al hospital en sus planes de herencia. Aquí están las historias de tres hispanas que están creando su propio legado con St. Jude.

Lydia de la Cuesta perdió a su único hijo, Gustavo, hace cinco años a causa de cáncer. Ella compartió 54 años con él.

No fue suficiente tiempo.

Lydia de la Cuesta

Lydia de la Cuesta

Su hijo fue diagnosticado con cáncer de páncreas y riñón que luego se expandió a los pulmones y el cerebro. A pesar de un pronóstico inicial de seis meses, madre e hijo pudieron compartir por un año y medio. Gustavo fue padre – una hija y un hijo-- y abuelo.

“Él fue la luz de mi vida, y ahora que he experimentado lo que atraviesan algunas madres de St. Jude, agradezco a Dios todos los momentos que pudimos compartir”, dice Lydia.

Lydia atesora muchos recuerdos con su hijo, incluyendo los viajes por carretera, cenar en varios restaurantes y ver juntos partidos de baloncesto en la televisión. Ambos también compartieron una profunda empatía por las familias del St. Jude Children's Research Hospital, especialmente después de que Gustavo comenzara su tratamiento contra el cáncer. “Él tenía un gran corazón y estaba dispuesto ayudar a cualquiera que lo necesitara”.

El apoyo de Gustavo por las familias de St. Jude se intensificó más, después que su primera visita a la sala de emergencias le dejara una montaña de facturas médicas, teniendo un trabajo con un salario muy bajo. Lydia recuerda con cariño un momento en que ambos estaban viendo un anuncio de St. Jude en la televisión y su hijo con lágrimas en los ojos le preguntó: “Mami, ¿por qué esos niños tienen que sufrir tanto? ¿Ya enviaste tu donación a St. Jude?”.

Nacida en La Habana, Cuba, Lydia emigró con su familia inmediata a los Estados Unidos a los 28 años. Después de vivir varios años entre Puerto Rico y el estado de Florida, Lydia y su familia se establecieron en Miami, donde desarrolló una carrera como contadora. Ella comenzó a hacer donaciones a St. Jude, hace más de 20 años. “Sentí mucha pena por estos niños que tuvieran que pasar por una enfermedad tan desagradable”, dice. A lo largo de los años, Lydia mantuvo su compromiso con St. Jude, incluso cuando su situación económica estuvo menos estable.

Una donante comprometida

En 2017, Lydia informó a St. Jude de su deseo de incluir un donativo en su testamento y crear un legado en el hospital para su familia. “Es un sacrificio el que hacen todos los que trabajan en St. Jude y aquellos que donan a la organización”, dice. “En St. Jude sí ayudan a los niños y sé que el dinero será bien utilizado”.

María Antonia Fernández tiene muchas pasiones en su vida: disfrutar el Pan Cubano, que le trae recuerdos de la panadería de su padre en Cuba, tocar la guitarra para el coro de su parroquia y ayudar a los niños de St. Jude.

Maria Antonia Fernandez

Maria Antonia Fernandez

Conoció la misión de St. Jude Children’s Research Hospital en 2011 a través de un radiotón en su estación de radio latina favorita mientras conducía a su trabajo. Desde ese día, ha donado mensualmente como Ángel de Esperanza de St. Jude. “El cáncer es algo terrible, y es aún más difícil para los niños”, dice, “todo el mundo debería colaborar con esta causa, ya que no saben si, en el futuro, cualquiera de los niños en sus vidas pueden necesitar del tratamiento y la atención de St. Jude”.

María Antonia es una mujer fuerte con un espíritu emprendedor, ella vive en Miami, donde maneja su oficina como agente de aduanas independiente. Además, dirige el coro de su iglesia, y todos los domingos desde hace 42 años, se reúne con sus amigos para cantar y tocar la guitarra. También, le encanta escuchar discos de sus cantantes cubanos favoritos: Celia Cruz y Barbarito Diez.

Su pasión por ayudar a los niños de St. Jude la motivó a incluir al hospital en su testamento cuando en el 2015 se reunió con un abogado para discutir sus planes de patrimonio. “Como donante mensual, he podido dar esperanza a muchas madres de los niños con cáncer”, dice. “St. Jude es el mejor lugar para dejar su legado y las personas pueden estar seguras de que sus donaciones serán administradas de manera responsable”.

Una tradición de esperanza

Siguiendo el ejemplo del fundador de St. Jude Danny Thomas, hijo de inmigrantes, María Antonia ha promovido la misión de St. Jude de salvar vidas. “Oro a Dios para que más personas decidan abrir su corazón y donar a St. Jude,” dice María Antonia “ninguna donación es pequeña para una causa tan importante como esta.”

Donna Herran, la primera de su familia en nacer en los Estados Unidos, se describe como una “Jersey Girl” pero se enorgullece de la historia de sus padres que vinieron a los Estados Unidos como inmigrantes. Tanto la madre y el padre de Donna nacieron en España. Llegaron a los Estados Unidos, más precisamente a Ellis Island en el puerto de Nueva York, cada uno por su lado, y luego fueron presentados por parientes.

“Encontré los barcos en los que vinieron”, explica Donna. “Hice que inscribieran sus nombres en el Muro de Honor de Ellis Island”.

Donna Herran

Donna Herran

Entre las tradiciones que sus padres trajeron a los Estados Unidos de su país natal, España, estaban el hablar español en la casa y su devoción a San Judas Tadeo. San Judas es el santo patrono de las causas difíciles, y quien le da su nombre a St. Jude Children’s Research Hospital.

“Mi mamá amaba a San Judas”, comenta Donna. “Siempre bromeaba que le rezaba a San Judas porque yo era una causa difícil”. De adulta, Donna se conmovió al escuchar la historia del fundador de St. Jude, Danny Thomas, y cómo sus oraciones al santo lo llevaron a fundar un hospital para los niños que luchan contra el cáncer y otras enfermedades que amenazan la vida.

Luego, cuando trabajaba a tiempo parcial como entrenadora de un equipo de básquetbol femenino, Donna empleó el método de Danny de rezarle a San Judas. “Hice un trato con él, igual que Danny”, dice riendo. “Le oré: ‘San Judas, ayuda a mi equipo a ganar, y haré una donación para los niños de St. Jude’”. En 1989, Donna y su equipo vinieron a Tennessee para jugar un partido de un campeonato nacional y visitó el hospital por primera vez.

Cuando llegó el momento de definir sus planes a largo plazo, Donna comenta: “No tengo hijos, y sabía que quería incluir a St. Jude en mi testamento”. Consultó con un abogado, que la ayudó a incluir una donación en su testamento que ayudará a asegurar que la misión de salvar vidas de St. Jude continúe para futuras generaciones.

St. Jude Legacy wall

Donors who make a bequest gift to St. Jude have their name inscribed on the Legacy Wall, and become part of the Danny Thomas St. Jude Society.

Crear un legado para ayuda a los niños es muy importante para Donna. “Al mirar hacia atrás y repasar mi vida, quiero tener la certeza de que he hecho algo para ayudar”, comenta. “Sé en lo más profundo de mi corazón que mi colaboración ayudará a un niño que está luchando contra una terrible enfermedad, y puede que St. Jude sea su única esperanza”.

Si desea obtener más información sobre cómo puede crear un legado con St. Jude o si ya ha incluido una donación para St. Jude en sus planes de herencia, puede llamarnos al (800) 877-4159 o enviarnos un correo electrónico a legado@stjude.org. Nuestros representantes bilingües están disponibles para discutir con usted en inglés o español sus metas para apoyar a St. Jude y brindarle la información que pueda necesitar para estructurar una donación a St. Jude que se ajuste a sus metas financieras.

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