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Segundo grupo de niños pacientes ucranianos con cáncer llegan a St. Jude

Un vuelo chárter transportó a los niños desde Ucrania hasta St. Jude en Memphis para continuar con sus tratamientos médicos interrumpidos por la invasión rusa.

 

Arte de fondo hecho por la mamá de Faith, paciente de St. Jude

 
 
Una niña paciente de Ucrania viaja en autobús hacia St. Jude.

Una niña paciente de Ucrania viaja en autobús hacia St. Jude.

 

Otros cuatro niños con cáncer que escaparon de la guerra de Ucrania llegaron el martes pasado a St. Jude Children's Research Hospital junto a sus familias. Atravesaron dos continentes, un océano y más de 5,000 millas con el propósito de reanudar sus tratamientos.

Su vuelo partió desde Polonia a bordo de un avión fletado por St. Jude. Como muchos refugiados, emprendieron una larga y agotadora travesía para huir de las bombas rusas y cruzar la frontera compartida con Polonia. Uno de los pequeños se unió al grupo en estado crítico.

En las seis semanas que han transcurrido desde el inicio de la guerra, St. Jude se ha apoyado en sus aliados en la región, mientras solicita ayuda a docenas de clínicas especializadas en cáncer pediátrico en toda Europa y Canadá. Dicho esfuerzo humanitario, conocido como SAFER Ukraine, ya ha asistido a más de 730 pacientes, facilitándoles una evacuación segura desde Ucrania junto a sus familiares.

 
 

A través de nuestra alianza global con 182 instituciones en 61 países, St. Jude se encuentra en una posición única para unir al mundo a la hora de abordar esta tragedia humanitaria. Nuestro compromiso continuo es garantizar que los niños con cáncer de todo el mundo tengan acceso a una atención que les salve la vida. 

Dr.  James R. Downing, presidente y director ejecutivo de St. Jude

 
 

El esfuerzo incluye la traducción de expedientes médicos, así como la coordinación de caravanas desde Ucrania hasta clínicas de primeros auxilios en Polonia. Allí, los pacientes son evaluados médicamente y las familias pueden descansar antes de ser transportadas a uno de los centros que pertenecen a la creciente red hospitalaria con las mejores clínicas oncológicas de Europa, Canadá y St. Jude en Estados Unidos, donde hace dos semanas se le dio la bienvenida al primer grupo de cuatro pacientes ucranianos que arribaron junto a sus familias.

Aunque los coordinadores de la iniciativa internacional intentan mantener a los pacientes lo más cerca posible a sus hogares, no siempre lo han conseguido. Entre los factores adversos se encuentra el reducido espacio disponible en las clínicas y las apremiantes necesidades médicas de los pacientes, lo cual ha obligado al equipo organizador a trasladarlos a otras naciones.

Se trata de una misión de rescate global que se alinea con uno de los principios que han definido a St. Jude desde su fundación.

 
Más familias con niños con cáncer viajan desde Ucrania para llegar a St. Jude.
 

Mi padre, el décimo hijo de una familia de inmigrantes pobres del Líbano, fundó St. Jude hace 60 años en torno a su creencia de que ningún niño debería morir en el amanecer de su vida. Y no se refería solo a los niños o niñas estadounidenses. Se refería a todos los menores alrededor del mundo.

Marlo Thomas, directora nacional de relaciones comunitarias de St. Jude

 
 
Profesionales de la salud les dan la bienvenida a los niños pacientes de Ucrania a St. Jude.
 

El último grupo de niños, cuyas edades oscilan entre los 6 y los 17 años, fue recibido en el Aeropuerto Internacional de Memphis por traductores y personal de salud que los llevaron de inmediato a St. Jude para iniciar las evaluaciones médicas.

Los pacientes que llegaron el pasado martes, así como aquellos que lo habían hecho dos semanas atrás, recibirán atención médica integral sin costo alguno. Asimismo, se les proveerán servicios básicos a sus familias, como vivienda y apoyo psicológico, con el fin de asistirles mientras comienzan a rehacer sus vidas lejos de casa.

Hace dos semanas atrás, después de reunirse con familias y pacientes ucranianos, la primera dama estadounidense, Jill Biden, elogió a St. Jude por ofrecer “un lugar de refugio para quienes enfrentan lo peor”.

 
 
 
La primera dama estadounidense, Jill Biden, visita a las familias de Ucrania en St. Jude.

La primera dama estadounidense, Jill Biden, visita a las familias de Ucrania en St. Jude

 

Los niños y las familias realizaron viajes angustiosos, huyendo de pueblos bombardeados y centros urbanos devastados. Viajaron en caravanas de autobuses y trenes que los llevaron a puerto seguro en un centro de primeros auxilios de Polonia.

Una vez completadas las evaluaciones médicas, el personal de un hotel estilo albergue, con 190 camas, intenta que las familias se sientan cómodas, aunque se comunican, a través del idioma universal de la comida, puesto que hablan polaco y los refugiados hablan ucraniano. Entretanto, los niños se las ingenian para encontrar pequeños rincones donde jugar y dejar atrás el terror que vivieron en casa.

Cuando llega el momento de irse, las familias abordan un autobús con todo lo que han llevado consigo y se dirigen al aeropuerto más cercano para encontrarse con un avión patrocinado por el gobierno del país al que viajan. Los que se dirigían a St. Jude en este segundo grupo hicieron una parada en Bélgica; luego en un aeropuerto de Washington, D.C. y finalmente en Memphis, Tennessee.

 
 

Nuestros socios y colaboradores han ayudado a garantizar que cientos de niños ucranianos con cáncer y enfermedades catastróficas lleguen a un lugar seguro para continuar con sus tratamientos y encontrar esperanza.

Richard C. Shadyac Jr., presidente y director ejecutivo de ALSAC

 
 
 

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