Apoyar a St. Jude me inspira como profesional y como ser humano.
Este empresario mexicoamericano de California comparte cómo una invitación casual lo llevó a comprometerse con una causa que hoy forma parte de su legado familiar

5 de agosto de 2025 • 1 mínimo
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La primera vez que escuché hablar de St. Jude Children’s Research Hospital® fue de recién casado, hace 29 años. Mi esposa era una donante mensual.
Sabemos que el trabajo que hace St. Jude no solo es combatir el cáncer infantil y otras enfermedades graves, sino también brindar un apoyo integral a los pacientes y sus familias, lo cual es verdaderamente una bendición. En especial, es impresionante saber que las familias nunca reciban una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.
Eso significa mucho para nosotros.
Recuerdo que en 2019 unos grandes amigos nos invitaron a la inauguración del evento benéfico Rahm Celebrity Golf Tournament, en St. Augustine, Florida, que recaudó 720,000 dólares a beneficio del hospital de investigación.
Así fue cómo me enganché con el concepto de recaudación de fondos en un ambiente familiar y alegre que incluía música, golf y celebridades. Pero más que nada, en ese momento quedé enganchado de la misión de St. Jude: Descubrir las curas que salvan a los niños.
Un año más tarde, inscribí mi empresa como patrocinadora de The Patrick Warburton Celebrity Golf Tournament, conocido como The Warburton, un evento de recaudación de fondos realizado en California que se ha convertido en el torneo aficionado más exitoso a beneficio de St. Jude. Invité a unos clientes y quedamos asombrados con la convocatoria y lo accesibles que eran los músicos, atletas y otras personalidades que también se sumaron.
A medida que pasan los años, uno se da cuenta de que el recurso más valioso es el tiempo. Como empresario, me invitan a participar en distintas juntas directivas, y cuando me ofrecieron ser parte de la mesa directiva de The Warburton, el “sí” fue rápido y rotundo.
Ser parte de un equipo que ha recaudado más de $35 millones a beneficio de St. Jude en 15 años —y que cada año crece en impacto y calidad— es inspirador. Y debo admitir que apoyar a St. Jude me inspira como profesional, como filántropo y como ser humano.
Con el tiempo también he comprendido que tengo una responsabilidad profunda: ser un ejemplo de liderazgo y servicio para los demás, empezando por mis hijos. Ellos forman parte de mi historia y de mi legado, y espero que en su momento encuentren algo que también los llene de orgullo y propósito.
Estoy convencido de que nuestro apoyo colectivo ha hecho una diferencia significativa en la vida de miles de niños y familias. Mi esperanza para el futuro de St. Jude es que nunca pierda su esencia humana, esa calidez que lo hace único, y que siga creciendo para llegar aún más lejos, hasta que se encuentren curas para el cáncer y otras enfermedades infantiles graves.
Si estás considerando apoyar a St. Jude o simplemente quieres saber más, di “sí” al siguiente paso. Hay muchas maneras de involucrarte, y cada una puede transformar vidas —incluida la tuya.
