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Nuestro modelo operativo

A diferencia de otros hospitales, la mayor parte de los fondos que recibe St. Jude proviene de generosos donantes.

 
 

Estamos dedicados a brindar la mejor atención a nuestros pacientes

Para lograrlo, necesitamos estar a la vanguardia de la investigación y la medicina más avanzada para luchar contra enfermedades pediátricas que ponen en riesgo la vida de los niños, tales como el cáncer, liberando a su vez a las familias de la peor carga que puedan tener, al buscar la atención médica que necesitan para salvar la vida de sus hijos: el costo.

Por qué es tan importante conseguir los fondos y de dónde provienen

A diferencia de otros hospitales, la mayor parte de los fondos que recibe St. Jude proviene de generosos donantes. El costo operativo diario de St. Jude es de $2 millones. Aproximadamente el 75% de estos costos son cubiertos por donaciones individuales, las cuales son vitales para financiar la operación del hospital.

Las familias nunca reciben una factura de St. Jude por su tratamiento, transporte, hospedaje o alimentación.  Si bien aceptamos seguros de salud, muchos servicios provistos por St. Jude nunca han estado cubiertos por un seguro, y no lo estarán en el futuro. De hecho, solo el 12% del dinero que se utiliza para financiar la operación del hospital proviene de pagos de los seguros de salud y el 10% de subsidios. Esto es muy distinto a cómo funcionan la mayoría de los demás hospitales, que pueden llegar a generar más del 90% de sus ingresos a partir de los pagos de los seguros de salud y otras fuentes. Y es un modelo operativo y financiero diferente al de las grandes organizaciones benéficas que brindan subsidios.

El costo operativo diario de St. Jude es de $2 millones. Aproximadamente el 75% de estos costos son cubiertos por donaciones individuales. 

Nuestra responsabilidad hacia nuestros pacientes

Los niños que llegan a St. Jude están sufriendo de enfermedades pediátricas que ponen en riesgo su vida tales como el cáncer y la enfermedad de las células falciformes, y muchos de nuestros protocolos de tratamiento requieren atención médica durante años. Por ejemplo, el costo promedio para tratar la leucemia linfoblástica aguda (LLA), la forma más común de cáncer infantil, es de más de $485,000 con un plan de tratamiento de dos a tres años. Cuando comenzamos a tratar a un niño, tenemos la responsabilidad de asegurar que seremos capaces de completar ese tratamiento y esa atención médica para ese niño por el tiempo que lo necesite.

Esto es algo crítico para los aproximadamente 8,600 pacientes que atendemos cada año, y le hacemos seguimiento a todos nuestros pacientes por 10 años o más, luego de que finaliza el tratamiento activo como parte de la clínica The St. JudeLIFE & After Completion of Therapy Clinic Presented by Kmart. Nuestro programa After Completion of Therapy (ACT) es la clínica de seguimiento a largo plazo más importante de los EE.UU., para pacientes de cáncer pediátrico.  Adicionalmente, estamos estudiando a más de 2,900 sobrevivientes a través del estudio de investigación St. Jude LIFE

Planeamos para las necesidades de hoy y de mañana

Como hospital pediátrico de investigación, St. Jude debe tener la capacidad de brindar la atención médica que necesitan sus pacientes para salvar su vida independientemente de las fluctuaciones económicas, y esto requiere que mantengamos un fondo de reservas. En el centro de nuestra misión yace nuestra capacidad de investigar y tratar enfermedades que ponen en riesgo la vida de los niños, tanto para beneficio de los pacientes que hoy llegan a nuestro hospital, así como también para los niños que necesitarán de nosotros en el futuro. Los fondos de reserva son fondos de disponibilidad restringida que no podemos utilizar, y que por ley debemos mantener a perpetuidad conforme a las estipulaciones de los donantes, y fondos de libre disponibilidad que podríamos utilizar en épocas de crisis económica para asegurarnos de poder cubrir los costos operativos del hospital durante aproximadamente 1 año y medio.

La disponibilidad de estos fondos nos permitió embarcarnos en el Proyecto del Genoma del Cáncer Pediátrico, una colaboración entre St. Jude y la Universidad de Washington en St. Louis.  Este es uno de nuestros esfuerzos de investigación más ambiciosos hasta la fecha, que comenzó en medio de la recesión económica porque sabemos que esta iniciativa de secuenciar el genoma del cáncer pediátrico cambiará por siempre nuestro conocimiento, diagnóstico y tratamiento del cáncer.

Lo que hemos logrado con su apoyo

St. Jude está guiando el modo en que el mundo entiende, trata y vence el cáncer infantil y otras enfermedades que ponen en riesgo la vida de los niños. Los tratamientos inventados en St. Jude han ayudado a incrementar la tasa de supervivencia del cáncer infantil de un 20% a un 80% desde que el hospital abrió sus puertas hace más de 50 años. Adicionalmente, St. Jude ha alcanzado un índice de supervivencia del 94% para los casos de LLA, cuando en 1962 era de apenas un 4%, y el índice de supervivencia del meduloblastoma, un tipo de tumor cerebral, aumentó de un 10% al 85% en la actualidad.

St. Jude fue la primera institución en desarrollar una cura para la enfermedad de las células falciformes con un trasplante de médula ósea, y tiene uno de los programas pediátricos de la enfermedad de las células falciformes más importantes del país. St. Jude comparte libremente los descubrimientos que realiza, así un niño salvado en St. Jude significa que los médicos y científicos alrededor del mundo pueden utilizar el conocimiento para salvar a más niños.

¿Tiene preguntas?

Comuníquese con nosotros enviándonos un correo electrónico a annual.report@stjude.org o consulte nuestros estados financieros para obtener más información, y descubra por qué debería apoyar a St. Jude.

 
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