Fondos asesorados por el donante 

Un Fondo Asesorado por el Donante (Donor-Advised Fund o DAF, por sus siglas en inglés) es un tipo de fondo benéfico al que organizaciones e individuos pueden contribuir con el fin de apoyar sus objetivos filantrópicos. Ofrece al donante un beneficio fiscal inmediato y le permite recomendar donaciones a sus organizaciones benéficas favoritas. 

Los DAF son la herramienta de donación de mayor crecimiento en Estados Unidos, porque ofrecen una manera sencilla y con ventajas fiscales de apoyar causas importantes. Estas cuentas benéficas les permiten a los donantes realizar contribuciones cuantas veces lo deseen a las organizaciones sin fines de lucro de su preferencia.

Los DAF son administrados por entidades externas clasificadas como organizaciones 501(c)(3). Estas entidades suelen ser fundaciones comunitarias u organizaciones benéficas públicas.  Pero también existen grandes firmas de inversión que administran fondos DAF, tales como Vanguard y Charles Schwab.

Los donantes pueden contribuir con distintos tipos de activos a un DAF, incluyendo efectivo, bienes inmuebles, inversiones u otros activos no monetarios.

Cuando usted contribuye a un DAF, en realidad está donando a la organización que administra el fondo, y no directamente a una organización benéfica. No obstante, los donantes de un DAF pueden recomendar que el dinero acumulado en el fondo se destine a organizaciones benéficas específicas, como parte de sus privilegios de recomendación.

De esta manera, el DAF actúa como un vehículo de donación para sus donantes. Además, cada donante puede deducir inmediatamente de sus impuestos el monto total de la donación en el año fiscal en el que realizó la contribución.

Los DAF son cuentas de donación que ofrecen ventajas fiscales y muchos de los mismos beneficios que otras opciones de donación filantrópica. Algunos de estos beneficios son:

• Evitar el pago de impuestos sobre las ganancias de capital de activos que hayan aumentado de valor y se hayan mantenido por más de un año
• Obtener una deducción fiscal inmediata por el valor total de mercado de la donación, hasta los límites establecidos
• Contribuir fácilmente con una amplia variedad de activos
• Consolidar todas sus donaciones en un solo lugar
• Apoyar a una organización benéfica en la que confía mediante donaciones estratégicas a lo largo del tiempo
• Crear un legado para futuras generaciones
• Influir en las donaciones de su DAF y en sus opciones de inversión, sin el esfuerzo ni los costos que implica administrar una fundación privada.

Para abrir un DAF, el donante debe elegir una institución financiera u organización calificada que administre DAF y depositar fondos en una cuenta. Usted puede establecer un DAF con diversas entidades, incluyendo fundaciones comunitarias, organizaciones benéficas y empresas de servicios financieros tales como Fidelity, Schwab, Vanguard o Bank of America. Lo más recomendable es trabajar con un asesor financiero y de impuestos para analizar sus objetivos filantrópicos.

Cuando abre un fondo asesorado por donantes (DAF), recibe una deducción fiscal inmediata por su contribución, hasta el 60% de su ingreso bruto ajustado.

Si dona activos a su fondo asesorado por donantes, puede deducir el valor justo de mercado (FMV) de activos apreciados a largo plazo que haya mantenido por más de un año, hasta los límites establecidos.

Cuando hace donaciones a través de su fondo asesorado por donantes, esas donaciones no son deducibles de impuestos, ya que esos fondos ya fueron deducidos de sus impuestos cuando hizo la contribución al DAF.

Sí, puede hacer donaciones recurrentes a St. Jude a través de su fondo asesorado por donantes (DAF). Puede configurar estas donaciones recurrentes desde su fundación o institución en línea, o bien contactando directamente al administrador de su fondo para acordar la frecuencia de las donaciones.