Carlitos, paciente de St. Jude, con sus padres
La historia de Carlitos
Carlos comenzó a cojear de su pierna izquierda en abril de 2024. Al mismo tiempo, su padre se había sometido a una cirugía de rodilla, por lo que en casa pensaron que el niño de 2 años estaba imitando a su papá.
Pero, a medida que pasaban las semanas, el movimiento de su pierna empeoraba, dijo su mamá, Nathaly. Sus padres se pusieron en contacto con el pediatra. Tras varios exámenes y una resonancia magnétia, le diagnosticaron meduloblastoma, un tumor cerebral agresivo. Para Nathaly, fue la noticia más difícil de escuchar, pero contó con el apoyo de su esposo y familia.
Carlitos se sometió a una cirugía en México, su país natal, y luego fue referido a St. Jude Children's Research Hospital en Memphis, Tennessee. El programa de tumores cerebrales de St. Jude se especializa en tratamientos para el meduloblastoma. St. Jude es líder mundial en el manejo de la enfermedad.
Estaba muy angustiada, pero a la vez tranquila porque no estaba sola.
- Nathaly, la mamá de Carlitos
Carlitos, paciente de St. Jude
Carlitos, paciente de St. Jude con su papá
En St. Jude, una resonancia magnética reveló que la enfermedad se había propagado al cerebro y la columna vertebral. Se sometió a cirugías neurológicas adicionales en junio de 2024 y luego comenzó el tratamiento según el protocolo SJiMB12, un estudio clínico de St. Jude que determinaba el tratamiento de cada paciente según el riesgo clínico individual y el subtipo molecular de meduloblastoma. El tratamiento de Carlitos incluyó quimioterapia y radioterapia con haz de protones.
Nos impresionó mucho la atención de las enfermeras y los doctores. La verdad, ahorita Carlitos los aprecia mucho, y no se siente incómodo con ellos. Al principio, era muy miedoso y nervioso. Ahora es muy tranquilo y habla con las enfermeras, las saluda y las abraza.
- Nathaly, la mamá de Carlitos
St. Jude patient Carlitos with his mom
Carlitos, paciente de St. Jude
¿Dónde está Carlitos ahora?
Carlitos completó su tratamiento a principios de 2025, regresó a casa y continuará con visitas periódicas a St. Jude para realizarse sus controles médicos.
Hoy es un niño feliz que disfruta cantando, bailando y jugando con carritos de juguetes y sus dinosaurios en miniatura.
St. Jude patient Carlos with his mother
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