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Celebración del Mes de la Herencia Hispana

En St. Jude, celebramos el Mes de la Herencia Hispana compartiendo las historias de nuestros pacientes, empleados y colaboradores hispanos, junto con el progreso científico que ayuda a salvar vidas. Tu donación puede ayudar a que los niños reciban la atención que necesitan, este mes y durante todo el año.

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St. Jude video
 
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Mateo, paciente de St. Jude, con su mamá

 
 
Image of colorful abstract shapes art by St. Jude survivor Tayde
 

¿Qué es el Mes de la Herencia Hispana?

La celebración de la herencia hispana se propuso por primera vez en 1986. En sus inicios, esta conmemoración duraba solo una semana, pero con el tiempo fue creciendo hasta convertirse en un mes completo, que se extiende del 15 de septiembre al 15 de octubre.

 
 

Honramos a nuestros pacientes hispanos

Cada niño merece la oportunidad de vivir plenamente y celebrar cada momento. Cuando apoyas a St. Jude, puedes ayudar a hacer posibles las curas para niños con cáncer. Juntos, podemos salvar más vidas.

 
 
Samara, paciente de St. Jude luce un hermoso vestido y nos regala una hermosa sonrisa.

Samara, paciente de St. Jude

Samara fue referida a St. Jude para recibir tratamiento para un tumor de Wilms y lo completó con éxito.

 
 
 
Lizbeth, paciente de St. Jude, con los brazos y puños arriba.

Lizbeth, paciente de St. Jude

Lizbeth fue remitida a St. Jude para recibir tratamiento después de ser diagnosticada con linfohistiocitosis hemofagocítica (HLH), un trastorno poco común del sistema inmunológico.

 
 
 
Camila, paciente de St. Jude, luce una diadema con moño en la cabeza.

Camila, paciente de St. Jude

Camila fue diagnosticada tres días antes de cumplir 3 años con un tumor canceroso sólido en el riñón conocido como tumor de Wilms y fue referida a St. Jude para recibir tratamiento.

 
 
 
St. Jude patient Pablo Jose smiling and showing his St. Jude t-shirt with pride.

Pablo Jose, paciente de St. Jude

Pablo fue diagnosticado a la edad de 5 años con leucemia linfoblástica augada, el tipo más común de cáncer infantil. Sus médicos lo refirieron a St. Jude para recibir tratamiento.

 
 
 
 

Reconocimiento a nuestros colaboradores hispanos
 

Los colaboradores son una parte vital de la comunidad de St. Jude. Su generosidad y dedicación ayudan a impulsar la investigación, el tratamiento y el cuidado que definen nuestra misión de salvar vidas. Cada esfuerzo—grande o pequeño—nos acerca a un mundo donde ningún niño muera a causa del cáncer.

 
 
 
colorful bird art by St. Jude survivor Tayde

Mes de la Herencia Hispana
Historias destacadas de nuestros empleados

 
  1. Imagen de Alberto Pappo, MD

    Alberto Pappo, MD

    Miembro de la Facultad de St. Jude

    Co-líder del Programa de Biología de; Desarrollo y Tumores Sólidos

    Cátedra Alvin Mauer

     

     

    Alberto Pappo, MD

    He tenido muchas familias hispanas, y muchas familias mexicanas que siempre me traen chamoys, piloncillo, tamarindo y mazapán cuando van a México. Eso me alegra mucho.

     
     
  2. imagen de Alejandra Gonzalez Ruiz

    Alejandra González Ruiz, MD, MIH

    Gerente Ejectuivo de Programa, Iniciativas Estratégicas en Oncología

    Departmento de Oncología

     

     

    Alejandra González Ruiz, MD, MIH

    Me enorgullece ser una persona hispana/latina en una posición de liderazgo, donde puedo guiar e influir positivamente a mi equipo y colegas como una líder atenta e inclusiva, para que, juntos como equipo, podamos servir mejor a nuestro departamento y a nuestros pacientes.

     
     
  3. imagen de Dr. Diego Hijano

    Diego Hijano, MD, MSc

    Miembro Asociado, Facultad de St. Jude

    Departmento de Enfermedades Infecciosas

     

    Diego Hijano, MD, MSc

    Va más allá del idioma; se trata de calidez, referencias compartidas y entendimiento cultural. Puedo sentir el momento en que una familia hispanohablante me ve entrar en la sala: su lenguaje corporal se relaja, sonríen porque saben que no están solas.

     
     
  4. imagen de Alban Zamora

    Alban Zamora

    Escritor Principal Bilingüe, Creatividad y Contenidos

     

    Alban Zamora

    Creo que sentirse parte de la comunidad no es algo que debas ganarte; es algo que todas las personas merecemos.

     
     
  5. Imagen de Paulina Velasquez

    Paulina Velásquez, MD

    Miembro Asosicado, Facultad de St. Jude

    Departmento de Transplante de Médula Ósea y Terapia Celular

     

     

     

    Paulina Velásquez, MD

    Mi herencia cultural me ha ayudado a conectar más profundamente con pacientes, familias y colegas. Me encanta que, a veces, algo tan sencillo como emplear expresiones familiares o recordar juntos nuestros platillos o tradiciones favoritas nos hace sentir conectados.

     
     
     
  6. Imagen de Gabriela M. Morales Medina

    Gabriela M. Morales Medina

    Enlace - Estrategia de Contenidos Digitales y Audiencia, Bilingüe

     

     

    Gabriela M. Morales Medina

    Como encargados de velar por el sueño y la historia de Danny Thomas, es nuestro honor y responsabilidad asegurar que continuemos su compromiso con la inclusión, protegiendo las historias de nuestros pacientes, médicos, colegas y los cimientos mismos de nuestra institución.

     
     
 
 
Aylin, paciente de St. Jude, compartiendo un abrazo grupal con su familia en un retrato de estudio.

Aylin, paciente de St. Jude, con su familia

 

Aprende más sobre el cáncer infantil en la comunidad hispana

  • 1 de cada 10 nuevos pacientes de St. Jude se identifica como hispano o latino.
  • Approximadamente el 14% de los pacientes que llegan a St. Jue con cáncer son de origen hispano o latino.
  • La leucemia linfoblástica aguda (LLA)  es un cáncer de la sangre y la médula ósea, y es la forma más común de cáncer infantil.
  • Las niñas y niños hispanos tienen un riesgo elevado de desarrollar LLA y tienen menos probabilidades de sobrevivir a la enfermedad.
 

Arte realizado por Aylin, paciente de St. Jude

 
 
 
Image of colorful abstract shapes art by St. Jude survivor Tayde
 

Ayúdanos a continuar la misión de salvar vidas de St. Jude

Al unirte a nuestra misión, puedes ayudar a que todos los niños de St. Jude tengan la oportunidad de crecer.

 
 
 
 
Image of colorful abstract shapes art by St. Jude survivor Tayde

Conoce más sobre el Mes de la Herencia Hispana

 

 
  1. La idea de celebrar a las personas de ascendencia hispana nació en 1968 con la creación de la Semana de la Herencia Hispana. Con el tiempo, esto se convirtió en una celebración de un mes en honor a los hispanoamericanos con raíces en España, México, el Caribe y los países de América Central y del Sur.

  2. El Mes de la Herencia Hispana comienza cada año a partir del 15 de septiembre y continúa hasta el 15 de octubre. Varios países latinoamericanos, incluyendo Costa Rica, Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, celebran su independencia el 15 de septiembre. Además, el 16 y 18 de septiembre se celebra el Día de la Independencia de México y Chile, respectivamente.

  3. Aquí en St. Jude, estamos orgullosos de crear una atmósfera inclusiva para personas de todas las culturas, etnias y orígenes. El Mes Nacional de la Herencia Hispana nos brinda la oportunidad de destacar y celebrar específicamente a nuestros increíbles pacientes y empleados hispanos.

 
 

La herencia argentina del Dr. Diego Hijano está profundamente arraigada en la manera en que aborda su trabajo en St. Jude. Criado en una cultura que valora la responsabilidad, la apropiación y el uso consciente de los recursos—ya sea tiempo, conocimiento o relaciones—él atribuye a su padre, un abogado de un pueblo pequeño, el haberle transmitido estos principios con dedicación y calidez. El papel de sus padres como columna emocional y financiera de toda la familia le inculcó un fuerte sentido de responsabilidad y unidad, valores que hoy guían su vida profesional.

Estas bases culturales se alinean perfectamente con la misión de St. Jude: hacer lo correcto, trabajar con urgencia y siempre situar al paciente en el centro. Para el Dr. Hijano, ser médico significa mucho más que la atención clínica; es ser guardián de la confianza, la cultura y la compasión.

La perseverancia, un valor central en la cultura argentina y en la cultura hispana/latina en general, también juega un papel fundamental en su trabajo. Reflexiona sobre cómo muchos en la comunidad han aprendido a enfrentar desafíos complejos con recursos limitados, avanzando con humildad, gratitud y creatividad. Este espíritu se refleja en St. Jude, donde sobrepasar los límites y creer en mejores resultados es un compromiso compartido—no por el beneficio personal, sino por los niños y familias que dependen de ellos.

La representación es otra responsabilidad que el Dr. Hijano abraza con orgullo. Durante la pandemia, participó activamente en medios de comunicación en español para transmitir información de salud precisa y relevante culturalmente a comunidades hispanas. Su objetivo era ser una voz confiable—alguien que no solo hablaba de forma familiar, sino que realmente entendía los valores y preocupaciones de la comunidad. Comparte abiertamente sus raíces argentinas, esperando que otros, especialmente quienes apenas comienzan su camino, vean lo que es posible y se sientan capacitados para pertenecer y aportar.

Su origen cultural también enriquece la manera en que conecta con pacientes y familias. Con familias hispanas, el vínculo suele ir más allá del idioma—se trata de la calidez compartida, referencias culturales y entendimiento mutuo. Ya sea conversando sobre comidas favoritas, acentos regionales o futbolistas argentinos, estos momentos de familiaridad fomentan la confianza, algo esencial en conversaciones clínicas difíciles. Además, está atento a los matices culturales en la toma de decisiones médicas, reconociendo que muchas familias hispanas confían profundamente en la orientación de su médico. Esta sensibilidad le ayuda a abogar de manera más efectiva y compasiva.

En cada interacción—ya sea mentoría, colaboración internacional o apoyo a las familias—el Dr. Hijano honra tanto su herencia como la misión de St. Jude, esforzándose para que cada paciente se sienta visto, apoyado e inspirado.

La Dra. Alejandra González Ruiz lleva consigo el espíritu de la creatividad mexicana en su labor en St. Jude Children’s Research Hospital. Criada en una cultura reconocida por su ingenio y capacidad de adaptación—especialmente ante la adversidad—considera cada desafío como una oportunidad para adaptarse, innovar y triunfar. Esta mentalidad, profundamente arraigada en su herencia, moldea su enfoque profesional: con curiosidad, resiliencia y un profundo aprecio por las personas a las que sirve St. Jude. Para ella, los niños y sus familias son el recurso más valioso de la institución, y se esfuerza por aprovechar al máximo cada momento y herramientas disponibles para apoyarlos.

Sus valores—centrados en la familia, el propósito y la alegría—se alinean perfectamente con la misión de St. Jude. Considera el trabajo del hospital como un viaje compartido, uno que refleja la forma en que la vida se celebra y honra en su cultura. En México, tradiciones como el Día de los Muertos reflejan un profundo respeto por la vida y por la memoria, y la Dra. González Ruiz encuentra ese mismo espíritu en la atención que St. Jude brinda a sus pacientes y familias en cada etapa—desde el diagnóstico hasta la supervivencia, e incluso durante el duelo. Para ella, marcar una diferencia en el mundo no es solo una meta, sino un imperativo cultural.

El camino de la Dra. González Ruiz hacia St. Jude comenzó en 2005, cuando durante su internado médico en la Ciudad de México cuidó a un joven paciente con VIH/SIDA. Aquella experiencia despertó un compromiso vitalicio con mejorar el acceso y la calidad de la atención médica para todos los pacientes. Años más tarde, mientras residía en el estado de Washington, recibió una carta de St. Jude con la historia de una joven paciente mexicana llamada Esmeralda. Conmovida por la misión, investigó la organización y comprendió que podía aportar más que una donación—podía poner al servicio su experiencia en salud global y planificación estratégica para ayudar a avanzar en su labor. Solicitó un puesto en el Departamento de Medicina Pediátrica Global y se unió al equipo en 2018. Actualmente, forma parte del equipo directivo del Departamento de Oncología, donde lidera la planificación estratégica y gestiona iniciativas relacionadas con el reclutamiento, la retención, la comunicación y la investigación.

Su liderazgo es un testimonio del poder de la representación. Como hispana/latina en un cargo directivo, asume la responsabilidad de impulsar a otras personas y fomentar ambientes inclusivos y colaborativos. Lidera con empatía y propósito, demostrando que personas de diversos orígenes pueden generar cambios significativos para pacientes de distintas culturas y fronteras.

Uno de sus logros más destacados ocurrió durante su paso por Medicina Pediátrica Global, donde lideró a un equipo multinacional para implementar el Sistema de Alerta Temprana Pediátrica (PEWS/EVAT) en 63 hospitales de 18 países de América Latina y el Caribe. Su fluidez cultural y su capacidad para comunicarse en español le permitieron generar confianza y liderar una implementación rápida y eficaz, incluso en plena pandemia de COVID-19. El programa ha mejorado la atención y los resultados para miles de niños con cáncer, y las relaciones establecidas siguen creciendo.

Al reflexionar sobre el Mes de la Herencia Hispana, la Dra. González Ruiz enfatiza la riqueza y complejidad de la identidad latina. Señala que, aunque términos como hispano y latino/a/x se usan a menudo indistintamente, representan experiencias, lenguas y tradiciones diversas. Ella celebra la naturaleza cambiante de la cultura latina y anima a los demás a ser curiosos: hacer preguntas, aprender sobre las costumbres y celebrar la diversidad dentro de la comunidad.

A través de su trabajo, su liderazgo y su voz, la Dra. González Ruiz continúa generando un impacto—honrando su herencia mientras ayuda a dar forma a un futuro más inclusivo y compasivo en St. Jude y más allá.

Las historias son cosas maravillosas. Y también pueden ser peligrosas. Una vez que se cuenta una historia, no hay vuelta atrás. Una vez contada, queda suelta en el mundo. Hay que tener cuidado con las historias que se cuentan. Y hay que estar alerta con las historias que nos cuentan.

— de ‘The Truth About Stories: A Native Narrative por Thomas King – Traducida del inglés

Como personas dedicadas al mercadeo, deberíamos estar íntimamente familiarizadas con el poder de las historias. Todos los días, nos dirigimos a personas—aquellas que ya están vinculadas con la misión de St. Jude y otras que no —y les decimos que pueden generar un cambio en el mundo. Sin embargo, ¿cuántas veces nos detenemos a pensar en esta historia que compartimos? Quiero que mantengas esa pregunta en tu mente mientras te comparto mi propia historia personal.

A principios de 2015, me encontré una vez más en el asiento de ventana de un avión que me llevaba desde el único hogar que conocía, Puerto Rico, hacia un lugar que solo había visitado brevemente antes: Memphis, Tennessee. Me invitaron a participar en una competencia para obtener una beca basada en liderazgo para asistir a Christian Brothers University. Si era seleccionada, la beca cubriría toda mi matrícula y cuotas, permitiéndome asistir a la universidad sin representar una carga económica para mi familia ni afectar mi educación debido al cansancio por trabajos adicionales.

Menciono que viajaba de nuevo porque había estado en Memphis la semana anterior, por la misma competencia. El evento se pospuso una semana debido al mal clima. Ya había gastado todo el dinero ahorrado ese año escolar en el primer billete. Por esa razón, toda mi familia decidió ayudarme y reunir la suma ridícula necesaria para conseguir un vuelo de última hora para que pudiera regresar a Memphis. Fue un gran sacrificio, así que sabía que debía asegurarme de que valiera la pena. En la semana previa a la competencia, pensé en todo lo que podía hacer para mejorar mis posibilidades. Le rogué a mi profesora de inglés que se quedara conmigo después de clases todos los días para practicar entrevistas simuladas en inglés, mi segundo idioma. Me colé en la sala de maestros para imprimir copias extra de mi currículum y portafolio, por si acaso me hiciera fallta. Incluso tomé turnos extra en el trabajo para comprar mi primera chaqueta de sastre, no queriendo verme menos que el resto.

Esta es solo una versión de mi historia: la que viví y decidí compartir. Hay otras versiones contadas por personas que quizás ni siquiera me conocen. Su versión podría ser, “Solo consiguió esa beca por ser minoría”, o “Le robó la beca a alguien más calificado y merecedor”. Aunque cuestionar el ‘merecimiento’ de personas de comunidades marginadas en espacios prestigiosos es un problema antiguo, dado el clima cultural actual, creo importante enfatizar que formar parte de una comunidad marginada no disminuye el mérito de nadie. El éxito de quienes históricamente han estado en los márgenes no desvaloriza el éxito de quienes no lo estuvieron; no se trata de quitar el foco, sino de ampliarlo para que todas las personas puedan recibir su luz.

Quizás te preguntes: ¿por qué comparto todo esto contigo? ¿Y qué tiene que ver con la práctica del mercadeo o ALSAC? Es sencillo: somos guardianes del sueño de Danny Thomas, de su historia. Danny era hijo de inmigrantes—una persona de un grupo cultural marginalizado. Sin embargo, desafió los límites y fundó el primer hospital integrado en el sur de EE.UU. Su sueño era radical. Pero sabía que podíamos crear un mundo mejor y no evitó la controversia porque significaba avanzar hacia la justicia, tanto para los pacientes como para quienes luchan por mantenerlos con vida. Al avanzar en tiempos culturales turbulentos, debemos ser intencionales con cómo contamos la historia de Danny, y por extensión, la de St. Jude. Como guardianes de su sueño y su historia, es nuestro honor y responsabilidad asegurar que continuemos su compromiso con la inclusión, protegiendo las historias de nuestros pacientes, nuestro personal médico, nuestras compañeras y compañeros de trabajo y nuestra propia fundación.

Vengo de la República Dominicana—una isla vibrante en el Caribe, en donde la cultura está profundamente arraigada. Ahí comienza mi historia, aunque rápidamente tomó un giro inesperado. Me diagnosticaron leucemia a los tres años y recibí tratamiento en Nueva York, pero ese capítulo definió mi manera de ver al mundo. Sobrevivir al cáncer infantil me enseñó desde temprano lo que significa sentirse diferente y el poder que tiene cuando alguien decide incluirte a pesar de todo.

Esa sensación de ser “otra persona” no terminó con mi recuperación. Como persona inmigrante, de color, LGBTQ+, y alguien cuyo acento siempre me delataba, he llevado esa conciencia a cada espacio al que he entrado. He vivido en cuatro países y seis estados de EE. UU. (bueno, cinco más D.C.), y en cada lugar, he visto cómo la inclusión, o la falta de ella, puede moldear no solo las oportunidades, sino también tu sentido de identidad.

Cuando la inclusión está presente, no solo se percibe—transforma vidas.

Esas experiencias son la razón por la que me importa tanto la equidad, la representación y la justicia. Son lo que me llevó al periodismo, y más tarde al trabajo social. Creo en el poder de las historias, especialmente de aquellas que no siempre se cuentan. Y creo que el sentido de pertenencia no es algo que debas ganarte. Es algo que todas las personas merecen.

Por eso trabajar en ALSAC significa tanto para mí. Veo la misión no solo en lo que hacemos, sino en cómo nos tratamos entre nosotros. Valoro el liderazgo diverso, una cultura inclusiva y el tipo de respeto que hace que las personas se sientan reconocidas. Porque al final del día, la inclusión no es solo un valor—es una forma de vida.

La herencia hispana de la Dra. Paulina Velásquez es una fuerza guía tanto en sus valores personales como en su enfoque profesional en St. Jude Children’s Research Hospital. Criada con un profundo sentido de comunidad y una pasión por cuidar a los demás, le enseñaron desde pequeña a buscar siempre formas de ser útil y aportar de manera significativa. Estos valores resuenan profundamente con la misión de St. Jude, donde la colaboración y la compasión impulsan el objetivo compartido de curar a los niños con cáncer. Para la Dra. Velásquez, ser parte de esta comunidad hace que su trabajo no solo tenga un propósito, sino que sea profundamente personal.

Su trasfondo cultural enfatiza la lealtad, la familia y la comunidad—principios que ve reflejados en las relaciones que forjó durante la facultad de medicina en Guatemala. Trabajar juntos en un entorno con recursos limitados creó lazos que perduran hasta hoy, y esas experiencias moldearon su creencia en el poder del trabajo en equipo. En St. Jude, encuentra ese mismo espíritu de colaboración, donde los esfuerzos individuales se amplifican a través de la acción colectiva y el éxito se mide por el impacto en los pacientes y las familias.

Como médica hispana/latina, la Dra. Velásquez asume con orgullo su rol como representante y defensora de la comunidad hispana/latina dentro de la organización y más allá. Permanece activamente comprometida, esperando servir de ejemplo para pacientes, familias y profesionales en formación que comparten su origen. Su presencia y liderazgo envían un poderoso mensaje: la diversidad fortalece la misión y todas las personas pertenecen.

Su identidad cultural también enriquece su capacidad para conectar con los demás a un nivel más profundo. Ya sea compartiendo expresiones familiares, hablando de platos tradicionales o reflexionando sobre costumbres compartidas, estos momentos de conexión cultural fomentan la confianza y la calidez. Promueven la inclusión que resulta especialmente significativa en entornos clínicos, donde la empatía y la comprensión son esenciales.

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